30 set 2022 Publicado en: Luteína
La importancia del cuidado de los ojos

Dependemos de nuestra visión para realizar prácticamente cualquier tipo de actividad, ¿verdad?

Sin embargo, a medida que envejecemos, podemos comenzar a experimentar cambios no deseados en la vista, como, por ejemplo, visión borrosa o cataratas (opacidad del cristalino).

El procurar mantener una salud ocular adecuada es sumamente importante.

Al igual que otras partes del cuerpo, nuestros ojos, cuando se descuidan, son susceptibles a problemas no deseados. Por lo tanto, debemos tener presente que, si no cuidamos nuestra vista de forma adecuada, podemos experimentar consecuencias negativas.  

Muchos de los hábitos que tenemos en nuestro día a día (el permanecer durante mucho tiempo frente al ordenador, la televisión, el móvil, las lecturas al aire libre, entre otros), hacen que nuestros ojos sufran sequedad y fatiga ocular.  Adicionalmente, la salud de nuestros ojos también puede empeorar cuando se tiene deficiencia de ciertas vitaminas y/o minerales. Privar a nuestros ojos de las vitaminas y los nutrientes que necesitan para protegerse, pone a nuestra visión en riesgo de sufrir posibles problemas y degeneración a largo plazo.

Por lo tanto, dado el rol fundamental que nuestra visión tiene en nuestro día a día, a continuación, veremos las diversas vitaminas y nutrientes que benefician la salud de la vista, con el fin de tenerlas presentes en nuestra dieta diaria.   

Vitamina A

Vitamina que participa en diversos procesos internos del organismo, pero, sobre todo, se la relaciona con el mantenimiento de las funciones visuales.

La falta de esta vitamina provoca que la córnea se seque mucho, lo que genera opacidad en la parte delantera del ojo, posibles úlceras corneales y pérdida de visión.

Para mantener una buena función visual, es elemental la presencia de vitamina A, debido a su rol en la nutrición de ciertas partes del ojo, como la córnea y la retina. La vitamina A también participa en la producción de los pigmentos que forman parte de la retina y que permiten ver el espectro de la luz. Así mismo, un nivel normal de Vitamina A nos permite favorecer una buena visión, incluso cuando la luz es tenue.

Vitamina E

La vitamina E contiene una gran cantidad de antioxidantes, que pueden reducir el riesgo de desarrollar degeneración macular avanzada y la aparición de cataratas. También puede prevenir la visión borrosa y ayudar a fortalecer los músculos oculares.

Vitamina C

La vitamina C ayuda al cuerpo a formar y mantener el tejido conectivo, incluido el colágeno que se encuentra en la córnea del ojo. Los estudios sugieren que el consumo a largo plazo de vitamina C puede reducir el riesgo de cataratas y pérdida de visión relacionada con la degeneración macular. Gracias a su poder antioxidante, esta vitamina también ayuda a proteger la vista de los efectos dañinos del sol.

Vitamina B6, B9 y B12

Los estudios han demostrado que esta combinación de vitaminas puede reducir los niveles en sangre de una molécula llamada homocisteína. Los niveles elevados de esta molécula interfieren con la estructura del colágeno, que es un componente importante de mucha de las estructuras oculares, incluida la córnea, el cristalino, la esclerótica y el cuerpo vítreo. Adicionalmente, los niveles elevados de homocisteína, se han relacionado con la degeneración macular e inflamación.

Vitamina B2 (Riboflavina)                     

Al igual que la vitamina C y E, la riboflavina ayuda a proteger al cuerpo contra los efectos dañinos de los radicales libres. Existe evidencia de que esta vitamina puede reducir el riesgo de desarrollar cataratas.

Omega 3

Varios estudios sugieren que los ácidos grasos Omega 3 pueden ayudar a proteger los ojos contra la degeneración macular y el síndrome del ojo seco. Los ácidos grasos esenciales, también pueden ayudar en la secreción de fluido intraocular del ojo, reduciendo el riesgo de presión ocular alta y glaucoma.

Luteína y zeaxantina

La luteína y la zeaxantina son los únicos carotenoides de la dieta que se acumulan en la retina, particularmente en la región de la mácula, que se encuentra en la parte posterior del ojo. Debido a que se hallan en cantidades concentradas en la mácula, se conocen como pigmentos maculares, esenciales para la visión. Previenen la degeneración macular asociada con la edad y la aparición de cataratas.

También impiden que la luz azul llegue a las estructuras subyacentes de la retina, reduciendo así el riesgo de daño oxidativo inducido por la luz, que podría conducir a la degeneración macular asociada con la edad.

Adicionalmente, estos carotenoides actúan como filtro solar natural, protegiendo la salud de los ojos de los efectos dañinos del sol. También protegen la piel de los daños del sol gracias a su efecto antioxidante, previenen la degeneración macular, la aparición de cataratas y la pérdida de visión.  

Salud de los ojos y exposición al sol…. ¿cómo protegernos?

La exposición al sol es una parte fundamental en nuestras vidas ya que presenta beneficios muy positivos para nuestra salud. Sin embargo, debemos ser conscientes del impacto total de los rayos UV en nuestro cuerpo. Si bien genera consecuencias positivas, no todo es color de rosas.

Muchas personas desconocen las consecuencias que la luz ultravioleta puede presentar en nuestra salud, principalmente en nuestros ojos.

Los rayos UV, ya sea que provengan de la luz solar natural o de los rayos artificiales del interior, pueden dañar los tejidos de la superficie del ojo, así como también la córnea y el cristalino.

El sol emite tres tipos de radiación ultravioleta: UVA, UVB y UVC

UVC - los rayos UVC son los rayos UV con mayor energía, y, potencialmente, podrían ser los más dañinos para los ojos y la piel. Afortunadamente, la capa de ozono bloquea la gran mayoría de los rayos UVC.

UVB - la radiación UVB solo se bloquea parcialmente por la capa de ozono, por lo que estos rayos pueden “quemar” la piel y los ojos (la córnea y el cristalino absorben la mayoría de los rayos UVB). La sobreexposición a la radiación UVB también esta asociada a otros problemas oculares, como, por ejemplo, la fotoqueratitis, pinguécula y pterigión.

UVA - los rayos UVA pueden dañar la visión central ya que atraviesan la córnea para llegar al cristalino y la retina dentro del ojo. La sobreexposición a la radiación UVA se ha relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cataratas y degeneración macular.

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En resumen, la sobreexposición (sin prevención) a los rayos UV, puede generar síntomas como: irritación ocular, dificultad para ver, arrugas alrededor de los ojos, ojos rojos o hinchados y quemaduras solares en los ojos y/o párpados, entre otros.

Ser consciente de los factores de riesgo de los rayos UV puede ayudar a reducir las posibilidades de sobreexposición de los ojos. Los factores de riesgo incluyen:

  • Ubicación geográfica
  • Altitud del territorio (mayor altitud, mayor exposición).
  • Hora del día (de 11 am a 16 pm, mayor sobreexposición)
  • Reflejo. El agua, la nieve, el concreto y el césped reflejan la luz ultravioleta, que puede ser tan dañina como los rayos UV directos.
  • La cantidad de tiempo que se está al aire libre aumenta el riesgo de problemas oculares.

¿Cómo podemos proteger nuestra vista de los rayos UV?

  • Utilizar gafas de sol en todo momento, especialmente en las horas en que el índice UV se encuentra alto (aunque nos encontremos bajo la sombra).
  • Utilizar sombreros de ala ancha.
  • Protegernos a pesar de que el clima se encuentre nublado. Recuerda que los rayos del sol pueden atravesar la neblina y las nubes.
  • No importa la época del año en que nos encontremos, el daño solar ocurre en cualquier estación.
  • Practicar una dieta rica en vitaminas y nutrientes que protejan la salud de la visión (Vitamina A, E, C, B, Luteína).

Tener consciencia sobre los efectos dañinos del sol es importante para reducir la exposición prolongada. Ten en cuenta nuestros conejos para ayudar a proteger tu visión y disfrutar del aire libre al mismo tiempo.

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